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Foto del escritorMagdalena Martínez

¿Cómo definís tu vida?

¿Desde qué perspectiva estás viendo tu vida?... ¿Sabías que no vemos las cosas como son, sino que las vemos según nuestro modo de ser?... Por eso la manera en que ves tu vida, es lo que “moldea” tu vida….

Y la manera en que veas tu vida, va a influir en la forma en que ocupas tu tiempo, que gastas la plata, que usas tus talentos, y en cómo valoras tus relaciones.


Si querés hacer el intento de entender más a los demás, preguntáles: “¿Cómo definís tu vida?” Te vas a dar cuenta que las respuestas son tantas y tan diferentes, como tantas sean las personas a las que les preguntés.

(Algunas de las respuestas comunes son estas: la vida es como un circo, una obra de teatro, un campo minado, una montaña rusa, un rompecabezas, una sinfonía, un viaje, un baile, un suspiro que pasa rápido…. La gente dice que: “La vida es una calesita o carrusel. Unas veces estás arriba y otras abajo, y a veces das vueltas y vueltas”, o “La vida es una bicicleta de diez velocidades, y a algunas nunca las usamos”, o “La vida es un juego de cartas y tenés que jugar lo mejor que podés la mano que te tocó”).


Me encantaría que después de hacer tu pequeña investigación de conocimiento de los demás con esta pregunta, nos contés en los comentarios de este post, cuáles fueron las respuestas que te parecieron más interesantes, ya sea por su profundidad, o por su superficialidad… y también si te animás, contános cómo definís vos tu vida…


Si te pido que dibujes un cuadro de tu vida, ¿qué imagen te viene a la mente? Esa imagen es una metáfora de tu vida. Es la manera de ver la vida que tuviste, consciente o inconscientemente. Es tu descripción personal de cómo funciona la vida y qué esperas de ella. La gente en general muestra mucho la perspectiva de sus vidas en la forma en que se viste, en la bijouterí o en los complementos de vestir que usa (gorras, pines, mochilas, etc), en los autos, en los peinados, en los stickers de los autos o que pegan en sus cosas más importantes e incluso en los tatuajes. Tu perspectiva “silenciosa” pero visible, influye en tu forma de vivir, mucho más de lo que te imaginás. Esta perspectiva determina tus expectativas, tus valores, tus relaciones, tus metas y tus prioridades.


Por ejemplo, si crees que la vida es una “fiesta”, entonces tu valor principal en la vida va a ser pasarla bien. Si ves la vida como una “carrera”, le vas a dar valor a la velocidad y es posible que siempre andes apurado o acelerado. Si ves la vida como una “maratón”, la perseverancia seguramente va a ser muy valiosa para vos. Si la vida para vos, es un “deporte” o una “lucha”, ganar va a ser muy importante….


¿Cuál es tu visión de la vida? Es muy posible que bases tu vida en una imagen equivocada…. Y, para poder cumplir los propósitos por los cuáles Dios te creó, vas a tener que cuestionar muchas cosas que te pegan de opiniones y experiencias del “mundo” y buscar las respuestas en lo que Dios te quiere decir, una pista que podemos seguir para esto, hasta que estemos más “entrenados” para ver la voluntad de Dios para nuestra vida es: revisar lo que nos dice en la Sagrada Escritura y en las enseñanzas de los santos…


La Biblia nos da tres enfoques o metáforas que nos enseñan qué es la vida desde la perspectiva de Dios... Y podemos ver, que la vida es una prueba, un fideicomiso y como una “beca” temporal. Estas ideas, son la base de una vida con propósito.


En este post, vamos a profundizar en la primera, así que no te pierdas el próximo post para entender por qué la vida es un fideicomiso, y por qué es como estar becados temporalmente por Dios….


1. La vida en la tierra es una prueba.

Esta metáfora de la vida se ve a través de todos los relatos de la biblia… Dios prueba muchas veces a las personas…. Prueba la fe “que decimos tener”, el carácter, la obediencia, el amor a Él y a los demás, la integridad de nuestras vidas y la lealtad.

Las palabras como tentaciones, tribulaciones y purificaciones se repiten muchísimas veces en los relatos bíblicos… Por ejemplo, cuando Dios prueba a Abraham al pedirle que le ofrezca a su hijo Isaac. También prueba a Jacob cuando, para ganarse como esposa a Raquel, tuvo que trabajar más años de lo previsto…


Ni Adán ni Eva pasaron la prueba en el paraíso; también David falló muchas veces…

Pero para nuestro consuelo, también los relatos bíblicos nos muestran muchísimos ejemplos de personas que sí pasaron la prueba, como, José, Rut, Ester y Daniel.


Por eso tenemos que ver con otros ojos las pruebas que estemos pasando en nuestras vidas, porque el carácter se desarrolla y se muestra en medio de las pruebas; en sí, la vida, toda, es una prueba… como decía San Damián de Veuster: “Gran Dios, ¡Cómo pruebas a aquél cuyo corazón quieres forjar!”, por eso, si estamos pasando por alguna prueba, nos tenemos que alegrar de que ¡Dios está trabajando con el martillo y el cincel muy cerca de nuestro corazón!



Siempre vamos a ser probados. Y es justo que sea así, porque lo que ganamos si superamos las pruebas de esta vida, es un premio infinito, y eso merece todo nuestro compromiso…. Dios mira todo el tiempo nuestra reacción con los demás, sobre todo con los más cercanos, con los cuales solemos perder más rápido la paciencia, o a quienes juzgamos más duramente… mira también cómo reaccionamos ante los problemas, o las cosas que no salen como queríamos, también nuestra reacción ante los éxitos, los conflictos, la enfermedad, el desaliento… ¡incluso el tiempo que ocupamos en las cosas que hacemos! Porque ahí se ve claramente donde tenemos la prioridad


Dios está pendiente hasta de las cosas más simples, como cuando le abrimos la puerta a otra persona, cedemos el lugar en el colectivo, levantamos un papel o basura del suelo o somos amables y sonreímos a alguien que nos cruzamos o que nos atiende en algún lugar… nunca despreciemos las oportunidades permanentes que tenemos de agradar a Dios con estos pequeños actos… es mejor sumar muchos de estos actos cada día, que esperar a hacer grandes cosas que después no terminamos haciendo o que aunque las hagamos, no supimos complementarlas y añadirles valor con el resto de los pequeños ofrecimientos


Nunca nos olvidemos que Dios prueba sobre todo nuestro amor, a través de las personas…


Cuando tomamos conciencia de que la vida es una prueba, nos damos cuenta de que ¡¡¡nada es insignificante para nosotros! Aun los inconvenientes más pequeños son importantes para desarrollar nuestro carácter.

Cada día es muy importante y cada segundo es una oportunidad para hacer crecer y fortalecer nuestro carácter, para demostrar cuánto amamos y para hacernos dependientes de Dios.


Algunas pruebas parecen muy difíciles y otras ni siquiera las sentimos…. Pero todas tienen consecuencias eternas, son como cuerdas que tocamos, que vibran y resuenan en la eternidad... Lo bueno es que Dios realmente quiere que superemos las pruebas de la vida, y además para nuestra tranquilidad y seguridad, Dios nunca permite que las pruebas que enfrentamos sean mayores que la gracia que Él nos da para sobrellevarlas y superarlas.


Para motivarnos, pensemos que cada vez que superamos una prueba, de nuestra “check list” de pruebas previstas por Dios (para que crezcamos, y forjemos nuestro carácter), Dios “tilda” y nos pone a la par un premio para recompensarnos en la eternidad…


Preguntas para reflexionar: ¿Qué me pasó recientemente que ahora me doy cuenta que era una prueba de Dios?; ¿cómo voy a disponerme para comenzar a ver cada día las dificultades como pruebas y desafíos?; ¿podrías identificar a una “persona-prueba” de esas que cada día nos dan la posibilidad de mostrar nuestra paciencia y amor a Dios?; ¿cómo me voy a anticipar a reaccionar bien?


Nos vemos en el próximo posteo!!!

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