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Foto del escritorMagdalena Martínez

¿Por dónde empezar para motivarte?

En el post anterior, vimos lo importante que es la motivación, pero principalmente la auto motivación para lograr nuestras metas, incluso nuestras metas más trascendentes.

Esperamos que hayas podido hacer el test de la personalidad que te dejamos en el link del post anterior, que es uno de los más completos, y que ahora te conozcas un poco más para que podamos seguir avanzando en esta aventura de aprender cómo motivarnos a nosotros mismos.

Te dije que en este post te íbamos a contar qué cosas concretas podemos hacer para motivarnos a nosotros mismos, así que vamos al grano… (dijo el dermatólogo jaja… si te lo sabias seguro que en tu mente lo completaste antes de leerlo).


¿Qué puedo hacer para motivarme?

Lo primero es convencernos de que podemos influir en nosotros mismos, en nuestros estados de ánimo y en cómo reaccionamos ante los que nos pasa.

Te aconsejo -si no la viste- que mires la película “La vida es bella”. Es un buen momento para hacerlo. Y si la viste, podés mirarla ahora desde una nueva perspectiva… Esta película nos muestra que todos somos libres de elegir nuestras aspiraciones, deseos y pensamientos; y que la manera en que hacemos uso de esa libertad es lo que nos diferencia a unos de otros. No te la voy a spoilear con más detalles por si no la viste, pero queda patente en la película que a pesar de la realidad terrible que nos pueda rodear, somos libres de elegir vivir la vida en clave de trascendencia -en nuestro caso- y en clave “romántica” en el caso del protagonista de la película, con situaciones y pensamientos que él mismo crea.

Si ya estamos convencidos, y espero que sí, de que podemos adquirir la habilidad de motivarnos, lo que sigue es detectar en qué medida hemos desarrollado hasta ahora esta habilidad, (porque, aunque no siempre seamos conscientes de esto, cada día damos pasos concretos para motivarnos). Después, tenemos que ver en qué facetas de esta habilidad queremos mejorar, y cómo podemos hacerlo… ¡Si te entusiasma lograr esto, entonces este post te va a gustar y lo vas a aprovechar!


¿Qué tan hábil soy motivándome?

Para esto te proponemos responder a estas preguntas, lo más concienzudamente posible, por eso te recomendamos tomarte tu tiempo para leer y pensar cada frase, relacionándola con hechos concretos de tu vida, antes de responder.

Vamos a evaluar el nivel de habilidad que tenemos en cada una de estas destrezas expresadas en las frases. Marca el número que mejor represente tu calificación:


Basándote en las respuestas que diste, identifica dos competencias de automotivación en las que te gustaría enfocarte para mejorarlas: 1.___________________________________________________________________ 2.___________________________________________________________________

Cuando termines de leer este post, trata de pensar acciones concretas que puedas poner en práctica durante la próxima semana, para mejorar en esas dos destrezas que elegiste.

Tené en cuenta:

· Las frases 1, 2 y 3, apuntan a evaluar nuestras habilidades para estar y mantenernos motivados a largo plazo.

· Las frases 4, 5 y 6, en cambio, apuntan a conocer el grado en que manejamos diariamente las tácticas clave de la automotivación.

· Y la frase 7, nos muestra la habilidad que tenemos para poner en práctica lo que planificamos y queremos para nuestro proyecto de vida.

(Si tus puntuaciones son inferiores a 5 en una o varias de estas frases, entonces no te pierdas los próximos posts. Porque te vamos a ayudar con herramientas para lograr mejorar tu puntuación en estas destrezas)


La clave de la automotivación: ¿Qué sentido tiene lo que hago?

¿Por qué me levanto cada mañana de la cama para ir a trabajar, o para estudiar, o para hacer los quehaceres de la casa, o para emprender, o para lo que sea que me levante? ¿Por qué hago todo lo que hago a lo largo del día? En definitiva, ¿para qué vivo?...

¿Es importante hacerme estas preguntas o sólo estoy perdiendo el tiempo? La verdad, estas preguntas son importantes, porque están relacionadas con el sentido de nuestras vidas, y eso es lo que debería ser más importante para nosotros. En definitiva, es lo que le da sentido a todo lo que hacemos, y lo que nos lleva a donde queremos llegar tanto a nivel humano como trascendente.

Las personas necesitamos razones que justifiquen lo que hacemos…

Las actividades no tienen sentido por sí mismas, sino que somos nosotros quienes le damos ese sentido con la orientación más o menos amplia, profunda y trascendente que les adjudicamos.

Quizá conozcan esta historia que nos sirve para ejemplificar lo que decimos: Siglos atrás, un caminante llega a una ciudad. Allí, encuentra unos hombres trabajando en una obra. Curioso, se acerca a uno de ellos que, mientras picaba piedra, se quejaba amargamente y le pregunta: “¿qué está haciendo usted?”. Con cortesía, pero visiblemente enojado, el obrero le contesta: “¿no ve que estoy picando piedra? Tengo las manos destrozadas y tengo que estar aquí haga frío, calor, llueva o nieve. Por favor, déjeme tranquilo”.

El caminante siguió su camino y unos metros más adelante le pregunta a otro obrero que también estaba picando piedra en silencio: “¿qué está haciendo usted?”. El obrero le contesta: “pues, estoy ganándome el pan de mis hijos. Este trabajo es muy duro, pero me permite llevar a mi familia adelante.”

El caminante le agradece su respuesta y sigue su camino. Unos metros más adelante, le pregunta a otro obrero que también estaba picando piedra mientras canturreaba alguna canción: “¿qué está haciendo usted?”; y el obrero le contesta: “estoy construyendo una catedral.”

Como vemos, los tres obreros estaban construyendo una catedral, pero la visión del impacto final de lo que estaban haciendo, era diferente para cada uno de ellos.

Los motivos, "nuestros motivos", pueden ser muy materialistas, vulgares, o muy elevados… todo depende de nosotros.

Cuanto más elevados sean esos motivos, cuanto más sentido tenga lo que hago, más motivado voy a estar para hacerlo.

Este primer punto clave de la automotivación, está en experimentar el vigor y la energía que nos da nuestra magnanimidad. Es difícil motivarse siendo mezquinos o mediocres.

La mayoría de nosotros vivimos el día a día de manera muy atropellada o superficial. A veces tanto, que casi ni somos conscientes de por qué hacemos lo que hacemos…

Nuestras “razones” o “motivos” para vivir, terminan pareciéndonos muy superficiales y escasos, y así nuestra vida pierde en intensidad, ilusión, interés, trascendencia y motivación.

Para solucionar esto, deberíamos plantearnos muy seguido cuál es el sentido de nuestra vida. Para esto, te propongo que dediques unos cinco o diez minutos a responder esta pregunta, con tantas respuestas como se te ocurran (cuantas más, mejor) La pregunta cada uno la reformula o adapta según su profesión o actividad:

¿Por qué al despertarme cada mañana, me levanto cada día de la cama y me voy a trabajar o a estudiar?

¡Te dejo que lo pienses con tranquilidad! ¡Nos vemos en el próximo post!! ¡Dios te bendiga!



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